Miriam Cozar Nuñez (Úbeda, Jaén, 1976). Llegó a las cocinas por accidente, buscando un medio para viajar y ser libre, pensando que esta profesión lo permitiría.  Desde entonces hasta hoy, ésta se ha convertido en su pasión y su propósito.

Se formó en la Escuela de Hostelería Hacienda La Laguna, En Puente del Obispo, Jaén. En ese momento (2001), se estaban llevando a cabo singulares proyectos culinarios en España que se incluían como modelos de estudio en esta Escuela.

Su primer año hizo prácticas en Barcelona el año que esta ciudad fue designado Ciudad Gourmande, con el Grupo Tragaluz, a las ordenes de Joan Ferré. Al finalizar su formación hace prácticas con alumnos destacados de El Bulli, Joan Roca, Berasategui y Paco Torreblanca.

Su primer proyecto, el Restaurante Iris, en Granada, pronto fue un referente de cocina de autor en la ciudad. Pero también era un proyecto de inserción sociolaboral. Como tal, este restaurante se convirtió en un laboratorio de experimentación donde Miriam desarrolla técnicas nuevas y aprende a comunicar conceptos y sentimientos desde la cocina.

Tras este proyecto, Miriam siguió su trayectoria de formación, trabajando en Europa y en el Caribe.

Cree en la cocina como arte y como pegamento social. Desde esa perspectiva, su labor como chef es una que junta la creatividad, el respeto a la materia prima y el compromiso con la justicia social.

A la luz de la crisis económica que a partir de 2008 engulle a España, Miriam se dedica a asesorar y ayudar a empresas del sector (cáterings, restaurantes, etc.) a recuperar su identidad, mejorar su rendimiento y poder superar y adaptarse a las exigencias sociales y económicas del momento. Esto lo logra orientando las actuaciones alrededor de principios de sostenibilidad, responsabilidad y calidad. Propicia el uso de ingredientes de Km. 0, orgánicos, responsables con la comunidad en la que se asientan. Su trabajo demuestra que implantar sistemas que ayudan a mantener puestos de trabajo, que reinvierten en la comunidad y que se integran en la cultura y agricultura local permite dar identidad propia y continuidad a las empresas del sector.

Mantiene también un compromiso propio con la formación y la unión de la cultura y la gastronomía. Prepara maridajes con bodegas andaluzas. Propicia el uso y conocimiento de productos andaluces, creando recetas que resaltan las cualidades de los productos autóctonos. Participa de actividades culturales y formativas, dando presentaciones y conferencias sobre arte y cocina, como por ejemplo su participación en la plataforma LiveSpeaking.

En 2014 se desplaza a Córdoba para liderar un nuevo proyecto de gastronomía con un compromiso social llamado El Taller de tu Cocina: Una gran cocina que unía a dos restaurantes, uno dirigido a todos los públicos, basado en el compartir y en ingredientes orgánicos y de cercanía con visión comercial. El otro, un espacio de atención e integración para los mayores de la comunidad. El restaurante, localizado en los bajos de un edificio de vivienda de protección oficial para mayores de 65 años, se nutría, tanto económicamente como culinariamente, del restaurante comercial, permitiendo dar a mayores al mediodía comidas sanas, balanceadas y personalizadas por 3,75€. En colaboración con ONGs como Cruz Roja y CIC Batá, se llevaron a cabo actuaciones de formación e integración laboral de personas en riesgo de exclusión. Igualmente, se hicieron talleres y proyectos para dar a conocer la gastronomía local, juntar a las generaciones y promover entendimiento intercultural.

Durante este tiempo empezó a experimentar con prácticas de integración y uso del espacio del restaurante para actividades culturales orientadas a unir a los comensales con los productores locales, o a seguir uniendo las artes culinarias con otras artes, como la fotografía.

Finaliza su participación en ese proyecto en noviembre de 2015 para embarcarse en su nuevo proyecto, Biodiverxa.

En este momento, su misión es la de crear un espacio flexible, móvil y creativo que permita crear y aplicar lo que ha aprendido durante estos años para seguir emprendiendo, creando como chef y unificando a esa labor la lucha por la soberanía alimentaria, el cuidado integral de la salud a través de la alimentación y la integración social y laboral de las personas en su comunidad.

Como explica en su artículo, «Los fogones: El encuentro entre el arte, la ciencia y las emociones» ella tiene un manifiesto desde el que vive y trabaja:

 Mi Manifiesto

· Mi compromiso es hacer en mi vida aquello que amo.

· Seguir siendo ese banyano, echando raíces y ramas.

· Que cada proyecto sea honesto.

· Compartir el proceso de enriquecimiento, conocimiento, capacidad de seguir sorprendiendo y seguir imaginando lo soñado.

· No dejarme vencer por las lógicas aplastantes.